Entrevista a Pablo del Río (Psicólogo Deportivo)

P: ¿Cuál es su punto de partida?
R: Empecé con el equipo nacional de Copa Davis con la capitanía de Manolo Santana. Aquí, en España, empezó a funcionar de forma generalizada a partir de los Juegos del 92.

P: En 30 años de profesión, ¿qué caso le ha asombrado especialmente?
R: El de un deportista de élite mundial, cualquiera que le vea sabe que es un crack, un fenómeno. Impresiona que llegue y te diga: " Quiero dejarlo, me aburro. Estoy cansado, lo paso mal y tengo miedo, esto no es para mi"

P: ¿Qué hizo usted?
R: Eliminar todos sus fuentes de presión. Sigue en activo y siendo una figura del deporte. Piensa que la historia de muchas estrellas es la de un niño con talento que pasa rapidamente de divertirse jugando en el patio del colegio a la NBA o a un equipo de campanillas como el Madrid o el Barça, clubes sometidos a una enorme presión con una ingente masa social, y ellos no están preparados para asumir ciertas responsabilidades. El proceso cada vez es más rápido.

Existen multitud de fuentes de presión en un deportista de élite: los padres o la familia pueden generar presión, ansiedad y hostilidad permanente sin darse cuenta y con las mejores intenciones; la novia/o, que puede ser muy demandante y dependiente; el representante, que no sólo los cuidan como mercancía, sino que encima los “presionan” con el rendimiento o los resultados; el sponsor, que puede provocar casos como el de Ronaldo jugando “presionado” la final del mundial 98 luego de una convulsión, entre otros, por su sponsor; el cuerpo técnico, que Cuando el discurso del entrenador desnuda un planteamiento de metas de resultado más que de desempeño, la presión es manifiesta y latente en forma permanente. Si estamos frente a un entrenador que vierte muchos conceptos juntos en un corto lapso de tiempo, eso también es una forma de presión; los dirigentes; los hinchas, que aunque algunos se motivan más con la hostilidad de los espectadores, otros se hunden; la prensa, que puede ejercer una influencia muy negativa; el árbitro que pueden constituir una fuente de presión si insultan o tratan mal o con indiferencia al futbolista, como así también si no son justos en alguna sanción. Pueden ser una presión al decir”no me hable” o “juegue rápido” o para el futbolista que ya fue dirigido por ese hombre y no le fue bien. El que deberá controlar esa presión y no malgastar energía es el deportista; el rival que presiona de manera lícita, y nos puede llevar a equivocarnos, aunque no queramos, por presión de volumen de juego, desde lo técnico o táctico pero también puede ejercer esa fuerza opuesta desde lo físico y lo comunicacional y anímico; los vecinos, sobre todo de pueblos pequeño; los resultados previos, que pueden ser una presión, el rival a vencer si se supone que es accesible, etc. Durante un partido, ir ganando pronto implica poder dominar la presión de mantener eso sin relajarse e ir perdiendo siempre dispara una actitud de ir a buscar que a veces no se tiene de entrada con el riesgo de perder. A veces, empatar también es una presión “sincrónica” que hay que saber soportar; la presión social, que tiene que ver con los parámetros predominantes donde se juega en el “todo o nada” / “éxito o fracaso” y esta ideología es intima de expectativas excesivas o exacerbadas que tienen estos actores sobre los desempeños de estos futbolistas. Por último la auto exigencia también puede ser perjudicial al ser más difícil cumplir las expectativas.



P: ¿Es el fútbol donde se genera más estrés?
R: No necesariamente, en los deportes de equipo la presión se reparte. Los deportes más estresantes son los individuales y especialmente los que dependen de la nota de un juez, por ejemplo, la gimnasia.
Un concepto básico directamente relacionado con el estrés en el deporte es el burnout. Fue Smith (1986) el que con su modelo cognitivo-afectivo, en el que establece un conjunto de relaciones hipotéticas entre los componentes situacionales, cognitivos, fisiológicos y conductuales (mediando entre ellos las variables motivacionales y de personalidad), en relación con el del burnout en deportistas,
quien mostraría la posibilidad de que efectivamente estos no estuvieran exentos de padecerlo. En esta línea, Fender (1989) plantea el burnout en deportistas como una reacción a los estresores de la competición deportiva que estaría caracterizada por agotamiento emocional, actitud impersonal hacia los sujetos de su entorno deportivo y disminución del rendimiento deportivo que, como puede comprobarse, supone una adaptación al deporte de la definición de Maslach y Jackson (1981), y que más adelante retomarían Weinberg y Gould (1995), caracterizando cada una de las dimensiones de la siguiente forma:
—Agotamiento, tanto físico como emocional, que se manifiesta en forma de bajo concepto de sí mismo, energía, interés y confianza.
—Insensibilidad que viene reflejada en las respuestas negativas hacia los otros.
—Sentimientos de baja realización personal, baja autoestima, sensación de estar
fallando y depresión, que se hacen visibles a partir de una baja productividad o un decremento del nivel de rendimiento.
Loehr (1990), en otro intento de conceptualizar el síndrome, entiende que la
aparición del mismo en el deportista es fruto de tres fases consecutivas:
a) Empieza a disminuir el sentimiento de entusiasmo y energía, ya que las
ilusiones que motivaron la iniciación en el deporte no siguen acompañadas de lo
sentimientos positivos originales al caer dentro del sistema competitivo establecido.
b) La falta de energía que empieza a manifestarse provoca en el deportista una
serie de bloqueos que le afectan en el entrenamiento y la competición, lo que le
provoca angustia y abandonos coyunturales.
c) Si la fase anterior se prolonga demasiado tiempo aparecerá la pérdida de
confianza y autoestima, depresión, alienación y abandono definitivo del deporte.
Es precisamente el abandono uno de los pilares claves en los que se basa el
estudio del burnout en deportistas, ya que esta es una respuesta clara por parte de la
persona que supone «el cese de la motivación para la participación deportiva en
situaciones de logro». Previamente, sin embargo, hay que abordar el análisis de aquellas variables que pudieran estar en el origen del burnout ; así, diversos trabajos señalan algunas de las variables que pueden incidir en la merma motivacional del individuo hacia el deporte: el entrenador con un estilo de crítica centrada en el error, las altas demandas competitivas, la monotonía en el entrenamiento, los sentimientos de estar apartado, las inadecuadas estrategias de afrontamiento, la inadaptación entre las expectativas originales que el deportista tenía hacia el deporte y lo que realmente encuentra, y la falta de apoyo en su grupo de referencia.

P: ¿Cuál es el deportista con mayor fuerza mental?
R: Rafa Nadal es mi ídolo(...) Cree tanto en sí mismo que es capaz de jugar cada fase del partido sin tener en cuenta el resultado. Jugar al margen del resultado es algo que hacen muy pocos. Si tú pones la televisión en mitad de uno de sus partidos, no sabes si va ganando o perdiendo porque su actitud es siempre la misma. Se abstrae.

P: Para Rafa, ¿ Djokovic es un problema psicológico?
R:Lo que ha hecho Djokovic es meter en la cabeza de Rafa que puede ganarle y eso crea dudas. Ahora Rafa tiene que expulsarle de su cabeza.

P: Usted lee el lenguaje no verbal, ¿qué vio en Wimbledon?
R:Djocovic ha cambiado su forma de moverse, sus gestos. Ahora, cuando juega con Rafa, puedes verle defendiéndose a tres metros de la línea de fondo y, de repente, en sólo cuatro golpes lo tienes ahí delante y a Rafa en la valla de publicidad. Tiene tal confianza que pasa de defender a atacar en un instante. Pero tiene sus puntos débiles.
Hay veces que ves que un saque acabará en doble falta porque hay cambios en el ritual, alguna pausa, alguna mirada denota que están pensando en lo que no deben. Hay un pequeña erosión en la autoconfianza.
Los observadores disfrutan cuando se producen acontecimientos imprevistos en los que de vez en cuando uno de los grandes se sale de lo corriente ,actúa espontáneamente y no puede controlar sus sentimientos. Sólo entonces la expresión de felicidad o tristeza son aútenticas. Es importante controlar los sentimientos en el deporte porque es cuando se externalizan las debilidades.

P: ¿Y en esta colchoneta que hay en es suelo se trabajan estas cosas?
R: Aquí visualizamos. No hay nada más estresante para un deportista que la antesala de la competición. Por ejemplo, para un nadador la cámara de llamadas, para un futbolista el momento en el que le dicen que va a tirar el penalti decisivo. Aquí trabajamos esos focos de ansiedad con la sofroaceptación, es decir, visualizamos esos momentos. Les aplicamos un GSR, unos electrodos, y vemos sus respuestas psicogalbánicas y cómo se le contraen los pectorales a los nadadores, los cuádriceps a los futbolistas, y a partir de ahí trabajamos su autoconfianza.

Cuando pensamos que no somos capaces de realizar determinada tarea o de desarrollar una habilidad probablemente no seremos capaces de hacerlo. De ahí parte la importancia de la autoconfianza en el deporte. Es la convicción que una persona tiene, en que puede llevar a cabo unas habilidades necesarias, para ejecutar con éxito la conducta requerida y producir un determinado resultado. En el ámbito deportivo se utiliza con frecuencia para referirse a la percepción que tiene la persona sobre su capacidad para enfrentarse a una determinada tarea.
Una autoconfianza óptima también previene lesiones, ansiedad, estrés etc. La autoconfianza es, por tanto,la convicción que posee una persona para superar una prueba basándose en sus habilidades (físicas y mentales). Un deportista para lograr ciertos objetivos, además de tener las habilidades necesarias, requiere también de autoconfianza, y el pensar que puede conseguirlos, es imprescindible para conseguirlos.


P: El hemisferio izquierdo del cerebro es el que manda sobre el movimiento. Si le digo que un equipo de gimnasia recurrió a la semihipnósis en unos Juegos Olímpicos, ¿me cree?
R: Si, se pueden trabajar estados de máxima relajación, cercana a la hipnosis, en un entrenamiento, pero nunca en competición.

P: ¿Les da trucos?
R: Claro. Cuando fallas un penalti o tu smash se estrella en la red hay que resetearse inmediatamente, focalizar el presente. Lo llamamos "aquí y ahora". Siempre es una señal visual. En los tenistas puede estar pintada o en la raqueta, o en la bota de un jugador de baloncesto, o la uña pintada de una maratoniana cuando no puede más. Esa señal significa que lo que ha pasado es historia, lo importante es lo que hay que hacer a partir de ahora.

"El Aquí y el Ahora" y su Relación Existencial de la Psicoterapia Gestáltica adquiere importancia no sólo debido a su carácter de debate sino por su difícil entendimiento.
Nada existe excepto el "aquí y el ahora". El ahora es el presente, el fenómeno, aquello de lo que me doy cuenta, aquel momento en que traemos, nuestros así llamados, recuerdos y expectaciones. Es necesario comprender, que el ahora, no es una medición del tiempo, pero si el punto de suspenso, el punto cero, una nada, eso es el ahora. El pasado ya pasó y el futuro está por venir. Sin embargo, la exigencia de muchos terapeutas de "Tú debieras vivir en el aquí y el ahora", no es compatible con nuestra existencia diaria; pero si con la situación terapéutica.

P: Algunos deportistas generan sus propios trucos?
R: (...) Luego está el caso de Arantxa Sánchez Vicario. Ella patentó aquel ¡¡¡¡vamos!!!! que ahora aplican tantos tenistas. Se daba autoinstrucciones y levantaba bolas de partido insospechadas.

P: ¿Cuál es el deporte más complicado?
R: La natación (...) y en la piscina cada día la misma corchera, el mismo fondo, la misma línea. No tienen comunicación

P:¿El deporte imprime carácter?
R:Si recurro a la generalidad diría que los nadadores son introvertidos, a veces desconfiados. Los gimnastas disciplinados, humildes, ordenados y educados

P:¿Cree en los entrenadores psicólogos?
R: Si, Mou o Guardiola son un ejemplo. Luego están los que no dirigen la palabra al jugador, eso es incomprensible.
Términos como actitud ,mentalidad, motivación, agresividad o personalidad entre otros se escuchan repetidamente entre quienes trabajan en el fútbol, reforzado por quienes lo comentan través de los medios. Sin embargo no es realmente mucho lo que se hace al respecto; pocos, muy pocos son los clubes que tienen dentro de su nómina junto con el médico y el fisioterapeuta a un profesional de la psicología y en su ausencia son igualmente escasos los directivos o los entrenadores que se preocupan y ocupan realmente de trabajar estos aspectos con los jugadores. Se cree por ejemplo que trabajar en lo psicológico significa trabajar en lo disciplinario o lo moral (puntualidad, respeto, obediencia), o ser amigo de los jugadores, o tenerlos al día en sus respectivos pagos y ser generosos en las bonificaciones; pero especialmente el entrenador considera que cumple la función de psicólogo cuando aconseja a sus muchachos, cuando conversa con él y lo orienta sobre lo correcto y lo incorrecto. Y eso es positivo, es necesario, mas no es suficiente.

P: ¿Hay que hablar también de directivos?
R: (...)Lo que un directivo no debe hacer es pretender ser entrenador o fisio. Es como el caso de los padres que quieren dirigir la carrera de sus hijos como quién invierte en Bolsa. Aquí ha venido un futbolista de 17 años que no conocía nadie. Era un promesa que jugaba en Segunda y llegó con su entrenador, su madre, representante, fisio y novia. Estaba perdido, las expectativas que había generado en su familia erantan grandes que no lo sabía manejar. Aquí vemos los que se quedan en el camino y a otros que hay que decirles que no deben dedicarse a la alta competición.

P: ¿Cómo se explican casos como el de Yago Lamela?¿Qué puede llevar a la depresión?
R: (...) La jubilación más traumática es la de un deportista, y si es una retirada obligada por una lesión, todavía más. Cuando un deportista no tiene formación y ve el final de su carrera siente un vacío enorme que una cuenta corriente saneada no logra compensar.

P: Hay quién va a seguir, cuando parecía que el mundo se torcía para ella. ¿ Escuchó a Marta Domínguez?
R: Conozco a Marta y creo que le han dado un motivo para seguir entrenando. Pero no lo hará para demostrar nada a nadie, lo hará por ella misma.

Diario Marca (pág. 20) 17/07/2011

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