Yelena Gadzhievna Isinbáyeva, la atleta más carismática desde los tiempos de la estadounidense Florence Griffith,
ejecutará mañana en el estadio Luzhnikí su último salto antes de
arrumbar la pértiga que durante quince años ha sido como la prolongación
de sus brazos.
Las 19:35 de un martes y 13 es la hora fijada para el comienzo de su
última competición, la final de los campeonatos del mundo, y por primera
vez Isinbáyeva no cargará con la pesada responsabilidad de ser la
favorita. El último de sus dos títulos mundiales data ya de hace seis
años.
Lo serán, principalmente, la cubana Yarisley Silva y la estadounidense Jennifer Suhr,
que el año pasado en los Juegos de Londres igualaron en marca (4,75),
aunque el título olímpico fue para la norteamericana por mejor concurso.
Nunca más tendrán los aficionados la oportunidad de ver en acción a
Isinbáyeva, que en sus mejores tiempos congregaba multitudes convocadas
al reclamo no sólo de la victoria, sino de un récord mundial casi
seguro.
A lo largo de su carrera deportiva la atleta de Volgogrado ha
conseguido 28. No podrá, por tanto, ver realizado su sueño de alcanzar
los 35 récords del ucraniano Sergey Bubka, actual plusmarquista masculino de pértiga reconvertido en vicepresidente de la IAAF y aspirante a la presidencia del COI.
La comparecencia de Isinbáyeva servirá para comprobar si los
Mundiales de Moscú son capaces de remontar el vuelo después de tres días
de graderíos despoblados en el estadio Luzhnikí. Si los aficionados no
responden a la llamada de "La Zarina", el problema no tendrá remedio.
A sus 31 años, Isinbáyeva busca una despedida de oro, o al menos
abandonar la pista con una actuación digna, acorde con su elevado rango,
después de sus fracasos en los dos últimos Mundiales. En los últimos
-Daegu 2011- sólo fue sexta. En los anteriores -Berlín 2009- no fue
capaz de hacer un solo salto válido en la final.
Las grandes rivales
Jenn Suhr es la única, además de Isinbáyeva, que ha
roto el muro de los cinco metros (5,02, récord mundial en pista
cubierta), pero al aire libre la primera del ránking 2013 es Yarisley
Silva, que se ha propulsado hasta los 4,90 metros en Helgelo (Holanda),
nuevo récord centroamericano y del Caribe. Silva acumula este año los
cinco mejores saltos del mundo y los ocho más altos de su carrera.
En un segundo plano estará la actual campeona del mundo, la brasileña Fabiana Murer,
que se presenta con una marca de 4,73. Al Mundial de Daegu llegó con
menos (4,71) y sin embargo regresó con la medalla de oro y una marca 14
centímetros mejor.
La retirada de Isinbáyeva priva al atletismo ruso de una de sus
figuras, tal vez la más grande, y le obliga a tirar de cantera para
intentar suplirla. En la final estarán otras dos rusas, Anastasiya Savchenko, campeona mundial universitaria, y Angelina Zhuk-Krasnova, campeona de Europa sub-23. El relevo en las alturas está servido.
Noticia: http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2013/08/12/masdeporte/1376321148.html
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