Rafael Nadal (Manacor, Mallorca, 1986) empezó 2013 lesionado en la
rodilla izquierda y lo cerró como número uno tras haber sumado dos
títulos a su lista de 13 grandes. Sus compañeros le han distinguido como
el mejor deportista del curso. Como embajador de PokerStars analiza lo
que espera de 2014, en el que tendrá un reto por encima de todos: Novak
Djokovic.
Pregunta. ¿Qué había en su cabeza en diciembre de 2012?
Respuesta. Dudas. No sabía cuándo iba a volver.
P. ¿Y ahora?
R. Dudas, porque no sé cómo me va a ir en 2014
P. Siempre dudas.
R. Siempre dudas. La seguridad en uno mismo es sinónimo de arrogancia. Uno no puede estar muy seguro de las cosas en esta vida.
P. ¿Y por qué duda usted, que lo ha ganado todo?
R. Me crea dudas mi tenis, mi rodilla, muchas cosas.
Eso no quita que han pasado nueve años de mi carrera en los que he
terminado entre los dos mejores, con la excepción de 2012, que solo
jugué seis meses. Si estoy bien físicamente, puedo entrenarme bien y
mantengo la ilusión por jugar… no puedo pensar que se me haya olvidado
jugar en unos meses. Tengo que ser positivo y pensar que las cosas me
van a seguir yendo bien. Ahora, siempre con la melodía que te va por
detrás de que el éxito no es para siempre. A todo el mundo le llega el
momento en el que deja de tener éxito. Esa cancioncita, según pasan los
años, vas escuchándola más fuerte. Hay que estar preparado para ella.
Cuando me llegue, pelearé para cambiarla, pero llegará un momento en el
que me tocará no ganar más. No es el fin del mundo. Daré gracias a la
vida por todo lo que me ha pasado.
P. A Federer ya le han puesto ese disco.
R. Terminó bien 2013. Creo que se ha ido a descansar
y a entrenarse con una sensación mucho mejor de la que tenía meses
atrás. Se entrenará con moral. Estoy seguro de que la espalda le habrá
afectado, de que la espalda le habrá dolido. Jugar con dolor es muy
complicado, aparte si eres alguien que no estás muy acostumbrado a jugar
con dolor. Él ha estado muy bien físicamente toda su carrera. Cuando
uno tiene problemas, si no está acostumbrado, si es algo nuevo, uno
tiene que habituarse a jugar con dolor, y es un proceso duro,
complicado, para el que no todo el mundo está preparado. No digo que él
no lo esté. Es un ganador. Seguirá peleando, porque le encanta hacer lo
que hace, jugar al tenis.
P. Pocos aman tanto competir como usted. Cuando se retire...
R. Mi vida nunca ha sido solo el tenis. Disfruto con
la competición, pero también sin ella. Sé que voy a seguir compitiendo
cuando termine en el tenis, en el golf o lo que sea, a una escala mucho
menor. Me gustan muchas cosas fuera del tenis como para seguir siendo
feliz y encontrar ese gusanillo en otras cosas. Soy consciente de que la
adrenalina, esa sensación de felicidad, de satisfacción, de nervios, de
tensión, de cuando ganas, de emoción… yo creo que no la voy a encontrar
en otra cosa. Encontraré otras emociones, otras ambiciones, que nunca
podrán ser igual… pero no necesariamente serán peores. Imagino que
cuando termine de jugar, tras tantos años viajando, me tomaré un
descanso. Me relajaré. Intentaré hacer lo que no he hecho en este
tiempo: pescar más, pasear más en lancha, jugar más al golf. Después, sé
que no me voy a quedar parado. Tendré ambiciones de viajar. Nuevas
ilusiones.
P. ¿Qué diferencia su rivalidad con Federer y con Djokovic?
R. A nivel tenístico, táctico y mental, contra uno o contra otro, es completamente distinta.
P. ¿Por qué?
R. Contra Federer hay una combinación de estilos muy
definidos y chocantes. Para el público es interesante: más o menos sabe
cuál va a ser mi estrategia contra él, y lo que va a intentar hacer él.
Como son dos choques de estilos muy diferentes, cada uno tiene que
intentar potenciar el suyo para molestar al rival y está muy marcado lo
que intenta el uno y el otro. Eso, combinado con que hemos estado uno y
dos del mundo durante muchos años, compitiendo por los torneos más
importantes y siendo muy dominantes, ha hecho que cada partido nuestro
sea un poquito más trascendente. Contra Djokovic son partidos más
dramáticos, físicamente quizás y mentalmente también. Estamos más cerca
de estilo y entendimiento del juego, es todo más similar. Durante
nuestra carrera, los enfrentamientos los han ido ganando quienes estaban
en el mejor momento, en el pico de forma.
P. Casillas llamó a Xavi para arreglar la relación Madrid-Barça. ¿Hizo lo mismo cuando el padre de Nole le criticó en público?
R. No. En todo caso me tendría que haber llamado él a
mí. No me llamó, pero le vi varias semanas después en Montreal y vino a
disculparse. Vino bastante avergonzado, de hecho. En ningún caso le
quise hacer pasar un mal rato. Es obvio que lo que dijo su padre estaba
fuera de lugar. Me dijo que le sabía mal. Le dije que ni se preocupara,
que ningún problema. Por la tensión que hay en los partidos, que es
máxima, tanto con Roger como con Novak, porque nos jugamos mucho para
nuestras carreras y muy repetidamente, pues nos llevamos de maravilla.
Es algo bueno como ejemplo para los niños. Es solo un juego.
P.
Desde el 13 de enero vuelve al Abierto de Australia, donde no estuvo
por lesión en 2012. Entonces disputó y perdió contra Djokovic la final
más larga de la historia (5h 53m). ¿Qué recuerda?
R. El de Australia era un partido para llorar. Era
la séptima derrota seguida y había perdido después de dejarme el alma.
No podía dar más. Gané un cuarto set brutal y en el quinto pegué un
fallo [un pasante con todo a favor que cambió el duelo]. No me podía
pedir más. Cuando uno da todo lo que tiene, no se puede pedir más. Salí
pensando que a la siguiente le iba a ganar. Que estaba en el camino. Y
es lo que pasó. Mi recuerdo tenístico de 2012 es muy bueno. Wimbledon
[último torneo] ni me entra en la cabeza. Estaba muy lesionado. En 2012
jugué muy bien al tenis. Me jorobé la rodilla en Indian Wells. Jugué
medio cojo en Miami. Terminé muy mal Roland Garros, infiltrado y con
anestesia en la rodilla en la semifinal y la final. Tuve que parar, pero
a mi vuelta al circuito, en 2013, ese recuerdo tan positivo, que es lo
último que tenía en la cabeza, me ayudó. Mi último recuerdo era de
victoria. Era de jugar bien al tenis. Me quitó dudas. ¿Que es
sorprendente volver y ganar? Muy sorprendente.
P. ¿Qué valor le da al número uno tras todo lo que le pasó?
R. Ser o no número uno no me agobia, porque no me lo
planteo. A medida que van pasando los años, más complicado es, hay que
ser realistas. Ojalá la lesión de rodilla siga evolucionando bien, pero
no sé cómo va a hacerlo. Siempre voy a tener que vivir con un poquito de
cuidado alrededor de eso, para cuidarla bien: mi máximo objetivo es que
mi carrera sea lo más larga posible, ser competitivo los máximos años
posibles.
P. Dice Ronaldo que su recuperación servirá de ejemplo para otros, que les inspirará.
R.
Son situaciones muy desagradables. Ojalá ayude a ver que hay un camino
después. Cuando estás lesionado, no ves nunca la luz. Si uno sigue
estando ahí, con la ilusión de encontrar la luz, muchas veces va a
llegar. Cuando llega es mucho más satisfactorio que antes. Se ha echado
en falta y es un reto, consigues superarte a ti mismo. Vas a entrenarte
al gimnasio sin ninguna ilusión, porque, total… después, cuando ganas,
después de sufrir, tener dudas, pasarlo mal, todos esos momentos de
sufrimiento se convierten en potencia. Se convierten en fuerza.
Entrevista: http://deportes.elpais.com/deportes/2014/01/01/actualidad/1388585705_336572.html
Área de Deportes
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