Silvia sale a flote. Remó diez años contra un cáncer.


 
A Silvia Elvira le da miedo soñar en alto por si los sueños no se cumplen. La vida le ha enseñado a saborear cada minuto sin hacer planes a largo plazo porque, como ella dice, todo puede cambiar en un instante. Después de remar 10 años contra un cáncer, hoy derrocha vitalidad y optimismo a bordo de su paracanoe y también gracias a sus hijos, pero el camino hasta ver la luz al final del túnel ha sido muy largo y complicado.

Todo empezó de forma casual. Con 18 años, tuvo un accidente de tráfico que le cambiaría la vida. En el accidente no le pasó nada pero como se golpeó la rodilla fue al hospital a hacerse pruebas y allí descubrieron que el dolor en la zona se debía a un tumor. "Era muy joven y no le di importancia. Pensaba que me lo quitarían y se acabaría el problema, pero no había hecho más que empezar", recuerda.



Diez años de lucha

En la biopsia descubrieron que el tumor era maligno y le advirtieron de que ese tipo de cáncer se reproducía con cierta regularidad. Y así fue. En menos de un año le volvió a salir. "No decidieron amputar directamente porque, aunque era muy agresivo, estaba localizado. Salía cada dos por tres y cada vez iba teniendo más secuelas funcionales hasta que en 10 años la pierna se me quedó casi paralizada, con muchos dolores y tenía que caminar con dos muletas. Pasó a ser un lastre", explica.

Durante esos 10 años se sometió a varias operaciones y se sacó la carrera de Fisioterapia estudiando en el hospital durante la rehabilitación. Consiguió un contrato en prácticas pero cuando le iban a hacer indefinida tuvieron que volver a operarla y salió del hospital en silla de ruedas y sin saber cuándo volvería a andar. Entonces se quedó sin trabajo y, a los dos meses, también sin pareja. "Fue una época muy oscura. Ahora me río pero lo pasé muy mal", reconoce la catalana.

"Tenía mucha rabia dentro y al ver que no me iba a poder poner más tacones y faldas, rompí toda la ropa que no me servía ya y partí los tacones por la mitad. Perdí esa juventud que el resto de la gente tiene", explica. "Cuando pierdes una pierna", continúa, "y no me refiero a una amputación sino cuando está muerta a nivel funcional, como me pasó a mí, es como perder a un familiar. Eso dicen los psicólogos. Tienes que pasar por un duelo. Al principio no lo aceptas, cuando empiezas a hacerlo sacas la ira y te da el bajón, y luego ya piensas en solucionarlo", añade.

Y así fue, se preparó unas oposiciones públicas para trabajar de fisioterapeuta a nivel ambulatorio porque había una plaza reservada para gente con discapacidad. No tenía dinero para pagarse una academia, así que se las preparó por su cuenta, estudiando en la biblioteca y al final lo consiguió. "A partir de ahí, empecé a salir adelante", recuerda.

Pero el tumor volvió a aparecer en la rodilla y al final tuvieron que amputar: "Lo vi claro porque ya corría el riesgo de metástasis y tenía muchos dolores". Reconoce que después de tanto tiempo luchando no fue una tragedia. Sin embargo, a los dos años le volvió a salir por debajo de la piel del pie derecho: "Ahí sí que toqué fondo. Pero después me dijeron que se curaba al 95% y no ha vuelto a salir, aunque ese miedo te queda grabado de por vida y te acostumbras a vivir con él".


Raquel y la canoa

A Silvia siempre le había gustado la naturaleza, hacer travesías de montaña, y un día hablando con Raquel, una chica que había pasado por su misma situación, esta la animó a hacer kayak de mar. "Estás sentada sin prótesis y vas viendo los paisajes", le decía.

Cuando Silvia la escribió para hacerlo juntas, no obtuvo respuesta. Meses después su marido le contestó contándole que había fallecido: "Entonces me sentí afortunada por seguir viva y decidí disfrutar por las dos. Y así empecé, haciendo salidas por la Costa Brava. En febrero de 2011 probé el kayak de pista. Competí en el Mundial y gané la plata. Al año siguiente igual".

Los resultados hicieron que se lo tomara en serio. Se entrena tres o cuatro horas los seis días en semana en el Canal Olímpic de Cataluña y se ha buscado un patrocinador -Accord- que le acompañe en su aventura. Ella ha empezado a relatarla ya en su videoblog. El piragüismo va a ser paralímpico por primera vez en Río y Silvia, aunque no quiere soñar en alto, anhela ser la primera mujer española en competir allí.


Artículo: http://www.marca.com/2014/02/13/mas_deportes/paralimpicos/1392304496.html

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