La EHF anunció que la Liga de Campeones a partir de la temporada 2015-16 pasará de 24 a 28 clubes, creciendo el número de encuentros.
La fase de grupos estará formada por cuatro grupos, dos de 8 equipos de los cuales pasarán a cuartos los dos líderes, mientras que los dos últimos quedarán eliminados. El resto disputará unos peculiares octavos con 12 equipos.
Por otra parte, los otros dos grupos serán de seis conjuntos, cuyos dos primeros de ambos cuadros jugarán unas semifinales con dos ganadores que disputarán los octavos. Los no clasificados también serán eliminados.
Además se avanzó que el Europeo de 2020 se podría celebrar en tres países con un aumento de 16 a 24 selecciones.
En ocasiones hacemos difícil lo fácil, complicando lo sencillo de
manera ilógica. El pasado viernes la Federación Europea comunicó después
de la reunión mantenida en Viena varias novedades importantes en el
mundo del balonmano. La más llamativa y cercana es el cambio en el
formato de la Liga de Campeones a partir de la temporada 2015-16,
aumentando los participantes y por lo tanto, los partidos, con un
sistema enrevesado difícil a primeras de cambio para el aficionado. La
otra materia a tratar sería un posible lavado de imagen para los
Europeos desde 2020, creciendo el número de selecciones.
En aras de una evolución en el actual formato de la Champions, se
aprobó unas modificaciones que han generado voces discrepantes por su
ampliación de 24 a 28 clubes, e inexorablemente también el número
encuentros. La EHF explica esta gran revolución del siguiente modo: «Con
más clubes compitiendo, el nuevo formato abrirá la competición a más
naciones y a nuevos mercados en toda Europa. También garantizará más
encuentros de élite para los principales clubes continentales y hará la
Champions League más atractiva para los espectadores, patrocinadores y
medios de comunicación».
Pero el nuevo sistema de la Liga de Campeones también ha sufrido
críticas por la complejidad en su sistema. Para la edición de 2015-16,
la fase de estará formada por cuatro grupos, el A y el B de ocho equipos
y el C y el D de seis. El primer clasificado del A y del B, pasará
directamente a los cuartos de final, mientras que los dos últimos de
cada grupo quedarán eliminados. El resto disputará unos peculiares
octavos de doce equipos, es decir, de seis eliminatorias. Por otro lado,
los dos mejores equipos del C y del D, accederán a unas semifinales con
formato de ‘playoff’, cuyos ganadores jugarán los mencionados octavos.
Los conjuntos de estos grupos que no consigan quedar en las dos primeras
posiciones, también quedarán apeados de esta competición.
Tras de este peliagudo comienzo, llegará la normalidad en los
cuartos, después de pasar dos equipos directamente a esta eliminatoria y
otros seis con dos o con cuatro encuentros más a sus espaldas
dependiendo del grupo de procedencia, en el que su repartición,
presumiblemente, se basará en si son o no son considerados cabezas de
serie. En la actualidad, los dos conjuntos que llegan a la final de la
Champions dejan a sus espaldas 16 partidos, siempre y cuando no vengan
de la fase previa. Con el nuevo formato, los líderes del Grupo A y B que
alcancen la final, tendrán como bagaje 18 encuentros. Sin embargo, el
resto que logre llegar a la lucha por el título de otra manera, podría
tener en su haber de 20 ó 22 choques.
Novedades para el Europeo 2020
Los dirigentes de la Federación Europea también plantearon una serie de reformas para los Europeos, dejando pendiente de aprobación que este campeonato aumente la cifra de selecciones participantes, pasando de los 16 actuales a las 24 y dando la posibilidad que varios países puedan albergar diferentes fases de los mismos. «Un cambio en el formato de la competición, con 24 equipos y la posibilidad de más anfitriones, sería abrir las posibilidades para los países de acoger una o más rondas del Europeo por primera vez, y llevar la competición por excelencia de las selecciones europeas a más espectadores por Europa», explicaba el comunicado de la EHF.
Por lo tanto, no sería descabellado ver a Austria, Noruega y Suecia
como anfitriones del Europeo de 2020, disputándose las rondas
preliminares en estas tres naciones, y posteriormente la fase principal
en el país centroeuropeo y sueco, y la lucha por los metales de nuevo en
esta última.
Hoy en día uno de los grandes lastres que sufre el balonmano es su
apretado y particular calendario, en el que los grandes perjudicados son
el propio deporte en sí, sus jugadores y los aficionados. Es cada vez
más patente las voces dentro y fuera de esta disciplina que piden
aligerar las sobrecargadas temporadas que padecen sus profesionales,
fundamentalmente los que disputan competiciones internacionales con sus
respectivos clubes o selecciones.
Además, si ya es difícil de seguir los partidos, al mezclarse los
encuentros ligueros con los europeos entre semana o los fines de semana,
con el nuevo formato de la Champions League el caos va a ser todavía
mayor, no sólo para los que sigan este deporte, sino también para los
que intenten aficionarse a esta disciplina. Aumentar la exigencia de una
competición no es sinónimo de ampliar la cantidad de participantes o el
número de partidos, por mucho que la idea y el objetivo sean los
correctos: expandir y promocionar el balonmano.
Artículo: http://www.marca.com/2014/03/25/balonmano/1395719200.html
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