Entre el desquite y la reivindicación, España llegó a Francia para
sellar el pasaporte de regreso a la élite del baloncesto femenino y su
orgulloso viaje le llevó a la eternidad con el segundo oro de su
historia tras el conquistado hace 20 años en Perugia. Veteranas y
noveles encumbraron a un grupo feliz con un baloncesto excelso, intenso y
dinámico que acabó por tumbar a Francia. La rocosa anfitriona sucumbió
al talento del conjunto español, liderado en la final, como en todo el
torneo, por Alba Torrens y la MVP, Sancho Lyttle, 21 y 20 puntos
respectivamente. Con siete podios europeos, seis de ellos en los últimos
siete campeonatos —con el único borrón de 2011 en Polonia— a los que
hay que sumar el bronce mundial en 2010, España recuperó el trono en
territorio hostil. Un reto solventado a lo grande por un grupo de
jugadoras, con siete emigrantes en sus filas, que han completado un
torneo memorable con nueve exhibiciones en nueve partidos, sin réplica.
Los 5.000 espectadores que abarrotaban el Pévèle Arena de Orchies se
entregaron a una sentida interpretación de la Marsellesa que, sin
embargo, no amilanó al conjunto español como marca el protocolo. La
enérgica batuta de Silvia Domínguez y la solvencia de Sancho Lyttle
cargaron de optimismo y descaro la puesta en escena de las de Mondelo
(14-8, m. 7). Siete puntos de la pívot de origen caribeño pusieron en
valor el intenso trabajo defensivo de España, del que apenas supo
escapar Gruda en el primer acto. Recurrió Pierre Vincent a Yacoubou para
equilibrar la pelea reboteadora, pero no surtió efecto inmediato.
Centradas en la defensa de ayudas sobre Torrens y Lyttle, las francesas
descuidaron la marca sobre Cindy Lima, que comenzó a hacer carrera en la
pintura (seis puntos y seis rebotes en el tramo inicial). Laia Palau se
sumó a la misión para lanzar a España hasta los 12 puntos de ventaja
(26-14, m. 12).
El plan de Mondelo pasaba por correr para
desgastar a su fornido rival, por fomentar la agitación para estresar al
metódico rodillo francés, por eludir el choque para que la gracilidad
triunfara sobre el músculo. Funcionó a la perfección hasta que Dumerc
escapó de los grilletes de sus defensoras. La base, capitana y piedra
filosofal del conjunto francés lideró, con dos triples consecutivos, un
contundente parcial de 0-13 en apenas cuatro minutos que volteó el
marcador y los bioritmos del partido (26-27, m. 16).
Al tiempo que Francia se despojaba de la ansiedad del anfitrión, las
españolas tomaban conciencia de la dimensión del reto que tenían por
delante. Ajustado el pulso, España apostó por volver sobre sus pasos
para retomar el camino y ahí apareció Alba Torrens para sostener a base
de triples el impulso de su equipo. Enfrente, las de Vincent seguían
explotando la veta abierta por Gruda (14 puntos en 18 minutos en el
primer tiempo). Con episódicas defensas en zona y la misma actitud
abnegada para defender su aro que han mostrado en todo el campeonato,
las de Mondelo contuvieron la pujanza francesa (44-44, m. 25). Pero
aunque para entonces Alba Torrens se había puesto el traje de luces,
infalible desde el perímetro, la aportación en ataque del resto del
equipo comenzó a languidecer. Francia rescató su perfil más rocoso y
endureció su defensa en varias vueltas de tuerca. Lyttle comenzó a
evidenciar su fatiga y se perdió en la refriega mientras Francia se
hacía con el compás del partido de la mano, inopinadamente, de
Lawson-Wade.
De nuevo, como marca la tensa cronometría de las finales, la
frecuencia anotadora marcó la pauta convirtiéndose en el segundero real
en una agobiante cuenta atrás. Ndongue hormigonó los bloqueos y Gruda
continuó iluminada, pero Silvia Domínguez se elevó sobre los cascotes.
Con cinco puntos y tres carreras devolvió el mando y la lozanía a su
equipo (61-55, a 8m 15s para el final). No cedió Francia, que siguió
esperando a Yacoubou. Dos tiros libres de la roca francesa dejaron la
medalla de oro en la cornisa (61-61, m. 34). En el territorio del empate
se citaron el miedo y el carácter en una contienda soberbia entre dos
equipos orgullosos. Lyttle estiró el resuello de forma conmovedora para
dar ventaja a España en la recta de meta y con su último vuelo puso el
70-67 a falta de 7,5s silenciando el pabellón.
La canasta postrera de las francesas no evitó que la gloria fuera
para España. La generación de 1993 ya tiene relevo con otro grupo
histórico. Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar se retiran en el trono,
bañando de oro su leyenda.
Noticia: http://deportes.elpais.com/deportes/2013/06/30/actualidad/1372623262_654460.html
Área de Deportes
Instituto Europeo Campus Stellae
www.campus-stellae.com
info@campus-stellae.com
telf.:0034 981 522788
móvil: 0034 + 630327998
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Haz tu consulta