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España saltará a uno de los terrenos de juego más manchados de violaciones de Derechos Humanos que jamás pisó. No existe explicación racional para que nuestra selección sea la comparsa de uno de los dictadores más detestables de la historia de África y sea la marioneta de Obiang para blanquear su imagen y la de sus acólitos como violadores de la dignidad humana. El partido está perdido y por goleada. Las organizaciones más importantes de Derechos Humanos, como la Asociación Pro Derechos Humanos de España, Amnistía Internacional, Human Rights Watch o EG Justicie, entre otras, son espectadores impotentes. Ésta es una síntesis de la crónica. 

1-0. Los asesinatos legales y la pena de muerte es una lamentable realidad en Guinea Ecuatorial. Así, el 21 agosto de 2011 fueron ejecutados tres ciudadanos guineanos condenados una hora antes por un tribunal militar. 

2-0. Ejecuciones extrajudiciales perpetradas por policías y militares que permanecen en la impunidad, pues no son juzgados. 

3-0. Detenciones ilegales y prisión arbitraria principalmente de opositores políticos, cuyos habeas corpus son ignorados. 

4-0. Desapariciones forzadas, como la de un militar de las Fuerzas Especiales del Ejército detenido en octubre de 2012 en Bata. Todavía continúa desaparecido. 

5-0. Tortura y malos tratos, de extrema crueldad, sobre todo a detenidos y presos. 

6-0. La prensa es callada. La libertad de expresión crítica es anulada salvo para opinar a favor del todopoderoso Obiang y su entorno. 

7-0. Existencia de presos políticos como Agustín Esono Nsogo, cuya prisión se prolonga más de un año. También fue torturado. 

8-0. Inexistencia de juicios justos. Derecho a proceso debido sin las garantías mínimas. 

9-0. Persecución a los defensores de Derechos Humanos por denunciar la vulneración de éstos. Acoso que también se extiende a campañas basura compradas en el exterior del país con el fin de desprestigiar desde la calumnia y la injuria a defensores y organismos de derechos humanos de otros países. 

10-0. Corrupción. Guinea Ecuatorial es el tercer país de África Subsahariana en producción de petróleo. La renta per cápita es la más elevada de África. Y, sin embargo, el 75% de la población vive en la más extrema miseria. La riqueza del país es controlada por el presidente y su séquito familiar y de amiguetes, mientras la mayoría de los guineanos carece de los servicios mínimos elementales, como educación, sanidad y alimentación. Corrupción que está siendo investigada en tribunales españoles, franceses y de Estados Unidos. 

Nuestra querida selección también debe ser campeona, desde el ejemplo de los valores del deporte, en la defensa de los Derechos Humanos. Lo contrario es convertirse en cómplice, por extraños intereses políticos y económicos, de sistemas que desprecian la esencia de la humanidad. España no debe jugar en ese escaparate de los horrores.

Manuel Ollé, Abogado y profesor de Derecho Penal y especialista en Derechos Humanos.

 Artículo: http://www.elmundo.es/deportes/2013/11/14/52848c1863fd3d82298b4580.html

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